Actualmente a través de los noticieros de televisión y periódicos del país, se sigue con detenimiento la crisis económica que viven los Estados Unidos de América. Se habla sobre la devaluación del dólar frente a las monedas europeas y asiáticas, la crisis del sector inmobiliario debido al embargo de viviendas por préstamos hipotecarios atrasados, la pérdida de empleos, la caída del PIB (Producto Interno Bruto), y de otros aspectos negativos que aquejan a la economía norteamericana.
Es lógico pensar, y de hecho así sucede, que en este mundo globalizado el desplome de una economía que según expertos representa alrededor de un tercio de la economía mundial, tenga efectos inmediatos sobre los demás bloques económicos del mundo. Esto se observó en las bolsas de valores más importantes de Europa y Asía después del anuncio del director de la Reserva Federal en el cual se afirmaba el retroceso de los principales indicadores económicos del país y la entrada en una "recesión suave", por el momento.
Los Estados Unidos a través de su historia ha vivido pocas recesiones, gracias a su gigantesca capacidad de producción de bienes y servicios, además de un nivel de desarrollo tecnológico, industrial, educativo y empresarial que sólo países pertenecientes al G7 (grupo de países desarrollados e industrializados) pueden equiparar. Este nivel de desarrollo industrial hace de Estados Unidos un país altamente consumista de toda clase de materia prima.
¿Como puede afectar esta situación a nuestro país?
Venezuela, al contrario de Estados Unidos, es un país en vías de desarrollo y con una economía que gira casi exclusivamente de las exportaciones petroleras. El principal cliente de estas exportaciones son precisamente los EEUU. El gobierno de ése país ha tomado una serie de medidas para reactivar su economía como por ejemplo la reducción de las tasas de interés, el auxilio a los deudores hipotecarios, etc. Al parecer también se estudia la utilización de las reservas nacionales de petróleo para aplicar una reducción en las importaciones petroleras.
Es lógico que esto representaría un fuerte golpe en los ingresos petroleros de nuestro país. Si ha esto le agregamos el alto gasto fiscal del gobierno, entonces necesariamente representaría un obligado ajuste en el balance de cuentas de la nación. Esta reducción resultaría en la paralización de muchos proyectos de inversión social en infraestructura, hospitales, misiones, etc. que han sido ejecutados con los excedentes de estos ingresos.
Podemos pensar en conclusión, que mientras no exista una diversificación de la economía y de los ingresos producto de las exportaciones, Venezuela podría vivir un efecto dominó de las crisis económicas que puedan afectar a su principal comprador de petróleo.
jueves, 3 de abril de 2008
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